El vino blanco se elabora a partir de mosto de uvas blancas o tintas, siempre y cuando estas últimas no presenten pulpa coloreada y no se someta a maceración con sus hollejos.

Un vino blanco se caracteriza por lo tanto, por su elaboración «en virgen», término con el que se define en enología la fermentación del mosto en ausencia de partes sólidas, a diferencia de un vino tinto o clarete donde la fermentación se realiza en presencia total o parcial de sus hollejos.

La definición legal de estos vinos impide la maceración en la fase fermentativa, pero no necesariamente ha de evitarse en el periodo prefermentativo, donde los hollejos y otros componentes de la vendimia, pueden intercambiar sustancias con el mosto en mayor o menor grado y según la técnica de elaboración adoptada por el enólogo de la bodega.

Fuente: Wikipedia

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